Investigando

viernes, 24 de mayo de 2013

¿Por qué a mi? ¿Por qué yo? o simplemente... ¿Por qué no puedo cambiar?


Muchas veces nos hacemos estas preguntas, qué evidentemente jamás serán contestadas. Lo cierto es que no deja de ser una percepción sobre nosotros mismos, intentando encontrar consuelo o simplemente compadecernos. ¿Realmente alguien maneja los hilos de nuestros actos? ¿Podemos cambiar algo? Por supuesto, no os voy a engañar, no tengo todas las respuestas, pero si una reflexión personal, ya que paso mucho tiempo conviviendo conmigo misma y creo que también me sirve de utilidad para mi. Si no queréis rayaros mucho la cabeza o no os gustan este tipo de cosas, os “ahorro el tiempo” de leerlo, porque “el que avisa no es traidor”.
No importa cuánto lo compruebes...
Una vez que termina la niñez y diría que también la adolescencia (aunque algunos intentemos extenderla todo lo más posible) comienza entonces una etapa “real” donde cada decisión que tomemos irá marcando un poco el futuro, sí, aquel que llamamos futuro y al que nunca podemos alcanzar, pero tampoco es que el pasado se deje modificar.

Resulta obvio lo se, y por supuesto depende de las situaciones en las que nos encontremos. No todas las decisiones son iguales, pero si qué es cierto que pequeñas hebras juntas hacen un hilo, y un conjunto de hilos pueden llegar a hacer un ovillo. Entiendo que no es la mejor metáfora disponible, pero tampoco estoy intentando crear una obra literaria con esto, creo que se entiende. Nuestros actos diarios son aquellos que van modificando lo que nosotros llamamos “futuro” y que la mayoría de siempre lo ve como algo lejano y poco preocupante. De hecho, creo que la mayoría de nosotros, nos preocupamos más por ese pasado que nos acecha tras cada esquina y que pensamos que realmente nos hace actuar, como actuamos.

En cierto modo es verdad. Nuestra pasado, nuestro bagaje, valga la redundancia, nos ha “modificado” hasta constituir lo que somos hoy. (ya no me voy a meter en tema genético, porque “hoy no está el horno pa’ bollos”). Somos un montón de complejidades, conocimientos, sentimientos, vivencias y sobre todo experiencia (en el mejor de los casos). Pero conjuntamente con todo eso, también hay un lado negativo, que hace que inconscientemente también nos haga actuar no siempre como hubiéramos deseado, y eso nos crea el arrepentimiento. Como se puede deducir, si qué en cierto modo creo que estamos “manejados”, influidos por nuestro “yo-pasado” en primera instancia, aquel que está viviendo en nuestro subconsciente en la mayoría de los casos, que nos hace recordar aquello que no siempre deseamos recordar o simplemente, no somos ni conscientes de todo lo que supone realmente. En ese caso ¿podemos controlarlo? Sí y no, ya que hasta cierto punto, como ya he dicho, no somos conscientes de todo lo que abarca.

No por ello, tendríamos que echarle la culpa de todo a nuestro “yo-pasado”, porque bien es cierto que también recibimos estímulos diarios. Tengo la creencia, de qué cuanto más va pasando el tiempo, más vamos sustituyendo ciertos recuerdos del pasado, al menos los que teníamos más recónditos en nuestra mente, por experiencias más cercanas y nuevas. De esta manera, el cerebro regenera esos recuerdos, sustituyendo unos por otros, aunque más bien su fácil acceso, ya que va dejando posiblemente registros “.dll” por si alguna vez hubiera que recurrir a él. De hecho aunque otra persona nos lo recuerde porque ella o él no lo ha sustituido, creo que ni siquiera reconoceremos el archivo otra vez, está tan comprimido, que es difícil volver a rememorar cada detalle como al principio.

Al mismo tiempo, creo que es frustrante tener una mente significativamente brillante como la nuestra y no ser capaces de sacarle más partido. Por supuesto, hay gente que tiene mejores cualidades para ello y es capaz verdaderamente de obtener un buen rendimiento, pero diría que para la mayoría de los mortales la cosa no va así…

Por tanto si nuestro “yo-pasado” nos hace actuar la mayoría de las veces según él quiere y nuestro cerebro va seleccionado sin consultar a nuestra parte consciente… ¿Qué alternativas nos quedan? ¿Nuestro “yo-presente”? Sí, claro, pero está recibiendo tantísima información al mismo tiempo, que no se si realmente tiene tiempo como para preocuparse por esas “nimiedades”. Nuestro cuerpo funciona como un Badulaque las 24h sin detenerse ni para descansar (porqué descansamos pero todavía sigue funcionando, aunque nuestro “yo-presente” ni siquiera nos lo haga saber). Por supuesto que los estímulos presentes también determinan nuestros actos, diría que los impulsos son posiblemente el arma más mortífera contra ese “yo-pasado”(y  no siempre). Otra cosa es que luego el resultado nos deje conformes, y muchas veces ya por sistema, necesitamos tiempo para pensar. Tomar decisiones no es nada fácil y tampoco estoy diciendo que para no tener ese tipo de “influencias” haya que andar como un pollo descabezado sin orden ni concierto, porque recuerda que todo resultado quedará grabado en tu “yo-pasado” (y de hecho seguramente te influirá la próxima vez que vuelvas a estar en una situación similar).

¿Qué podríamos decir de nuestro “yo-futuro”? Esa imagen perfecta e idílica de nosotros mismos, intocable y a la que siempre le ponemos todas nuestras esperanzas (en el que caso de que tengamos la moral positiva y no por los suelos…). Definitivamente no existe, por mucho que nos duela, y es una de las cosas que más me fastidian. Todas las cosas que puedo intentar hacer para alcanzar a mi “yo-futuro” no salen exactamente como pensaba, y es realmente complicado y creo que pasa con poca frecuencia, que alcances a los infinitos “yo-futuros” que se asocian a cada evento en el que quieres tomar parte o que deseas. La frase “Siempre pasa algo que no te esperas” (y que mi hermana y yo utilizamos por sistema) se cumple en más del 98,9% de las veces (hay que dejar un margen de error XD) porque siempre hay variables que no habías contemplado… siempre, y si crees que lo tienes todo controlado, seguro qué es porque hay algo que se te ha pasado por alto.

¿Con todo esto quiero decir qué estamos condenados? No realmente. Simplemente que nuestros actos rutinarios pueden incluso ser detonantes de futuras situaciones. Levantarte un día más temprano por la mañana, o todo lo contrario, dormir más, dejar esa actividad que hoy te da pereza para hacerla en otro momento, no recordar que tienes una cita con esa persona… es un “suma y sigue”.

Me gustaría pensar que el hecho de que mi “yo-futuro” realmente no exista, que la convivencia con mi “yo-presente” a veces agobiante y ofuscada que no me deja ver realmente lo que hubiera podido hacer sin presiones o prejuicios y mi “yo-pasado” que está sin hacer nada, escondido solo para recordarme aquello que no siempre deseo (porqué realmente no puedo escoger lo que quiero recordar, es algo caprichoso y muchas veces inexplicable).

Sí todo eso, pudiera resetearlo sin más... Como eso tampoco se puede ¿Qué queda? Vivir… ¿estúpido? Nunca dije que fuera una solución inteligente, pero sí creo que efectiva. No podemos luchar contra lo que somos, nuestra naturaleza, ni siquiera soy capaz de mejorar en las cosas que me gustaría, día a día, y  el tiempo además corre en nuestra contra siempre (porqué aunque a veces deseamos que vaya realmente rápido, nuestro “yo-pasado” ya se encargará en uno de nuestros “yo-futuros” –que son “presentes” cuando los estamos experimentando- de recordarnos que ese tiempo pasado que corrió como el rayo, lo hubiera necesitado y “qué un tiempo pasado siempre fue mejor”).

El tiempo es el “enemigo” real, el que crea todos esos estados de nuestra persona, pero es imbatible y no importa las pociones, ni el equipo o equipamiento que tengamos para derrotarle… siempre estará ahí, como nuestra propia sombra. Por eso mismo… “si no puedes vencerle, únete a él”. Cuantas veces he escuchado esta frase en series y películas y ahora creo que se que se puede aplicar realmente.

Quiero pensar que cada día es una oportunidad para darlo todo, porque todo lo que hagas puede que no quede solo en tu “yo-pasado” puede quedar en otras personas, en sus propios “yos-pasados”… Hay tantas cosas por hacer, tanto por aprender, tanto por mejorar, que me sabe a poco… Ahora mismo no es mi mejor momento personal, porque no se si seré capaz de cumplir las expectativas que se supone que debería hacer… mi “yo-pasado“  me dice que porqué no hice las cosas más sencillas y recrimina mi torpeza, mi “yo-presente” se desentiende obligándome a evadir mi mente a veces, comer y limpiar , por último, mi “yo-futuro ” no quiere saber nada, porque vive más adelantado en el tiempo todavía, pensando en el futuro laboral…

Vamos a tener que tomar medidas nosotros mismos “estamos solos en esto” ¿o no?…

۩ Que la magia os acompañe ۩ 

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