Muchas veces nos hacemos estas preguntas, qué evidentemente
jamás serán contestadas. Lo cierto es que no deja de ser una percepción sobre
nosotros mismos, intentando encontrar consuelo o simplemente compadecernos.
¿Realmente alguien maneja los hilos de nuestros actos? ¿Podemos cambiar algo?
Por supuesto, no os voy a engañar, no tengo todas las respuestas, pero si una
reflexión personal, ya que paso mucho tiempo conviviendo conmigo misma y creo
que también me sirve de utilidad para mi. Si no queréis rayaros mucho la cabeza
o no os gustan este tipo de cosas, os “ahorro el tiempo” de leerlo, porque “el
que avisa no es traidor”.
No importa cuánto lo compruebes... |
Una vez que termina la niñez y diría que también la
adolescencia (aunque algunos intentemos extenderla todo lo más posible)
comienza entonces una etapa “real” donde cada decisión que tomemos irá marcando
un poco el futuro, sí, aquel que llamamos futuro y al que nunca podemos alcanzar,
pero tampoco es que el pasado se deje modificar.
Resulta obvio lo se, y por supuesto depende de las situaciones
en las que nos encontremos. No todas las decisiones son iguales, pero si qué es
cierto que pequeñas hebras juntas hacen un hilo, y un conjunto de hilos pueden
llegar a hacer un ovillo. Entiendo que no es la mejor metáfora disponible, pero
tampoco estoy intentando crear una obra literaria con esto, creo que se
entiende. Nuestros actos diarios son aquellos que van modificando lo que
nosotros llamamos “futuro” y que la mayoría de siempre lo ve como algo lejano y
poco preocupante. De hecho, creo que la mayoría de nosotros, nos preocupamos
más por ese pasado que nos acecha tras cada esquina y que pensamos que
realmente nos hace actuar, como actuamos.
En cierto modo es verdad. Nuestra pasado, nuestro bagaje,
valga la redundancia, nos ha “modificado” hasta constituir lo que somos hoy.
(ya no me voy a meter en tema genético, porque “hoy no está el horno pa’
bollos”). Somos un montón de complejidades, conocimientos, sentimientos,
vivencias y sobre todo experiencia (en el mejor de los casos). Pero
conjuntamente con todo eso, también hay un lado negativo, que hace que
inconscientemente también nos haga actuar no siempre como hubiéramos deseado, y
eso nos crea el arrepentimiento. Como se puede deducir, si qué en cierto modo
creo que estamos “manejados”, influidos por nuestro “yo-pasado” en primera
instancia, aquel que está viviendo en nuestro subconsciente en la mayoría de
los casos, que nos hace recordar aquello que no siempre deseamos recordar o
simplemente, no somos ni conscientes de todo lo que supone realmente. En ese
caso ¿podemos controlarlo? Sí y no, ya que hasta cierto punto, como ya he dicho,
no somos conscientes de todo lo que abarca.
No por ello, tendríamos que echarle la culpa de todo a
nuestro “yo-pasado”, porque bien es cierto que también recibimos estímulos
diarios. Tengo la creencia, de qué cuanto más va pasando el tiempo, más vamos
sustituyendo ciertos recuerdos del pasado, al menos los que teníamos más
recónditos en nuestra mente, por experiencias más cercanas y nuevas. De esta
manera, el cerebro regenera esos recuerdos, sustituyendo unos por otros, aunque
más bien su fácil acceso, ya que va dejando posiblemente registros “.dll” por
si alguna vez hubiera que recurrir a él. De hecho aunque otra persona nos lo
recuerde porque ella o él no lo ha sustituido, creo que ni siquiera
reconoceremos el archivo otra vez, está tan comprimido, que es difícil volver a
rememorar cada detalle como al principio.
Al mismo tiempo, creo que es frustrante tener una mente
significativamente brillante como la nuestra y no ser capaces de sacarle más
partido. Por supuesto, hay gente que tiene mejores cualidades para ello y es
capaz verdaderamente de obtener un buen rendimiento, pero diría que para la
mayoría de los mortales la cosa no va así…
Por tanto si nuestro “yo-pasado” nos hace actuar la mayoría
de las veces según él quiere y nuestro cerebro va seleccionado sin consultar a
nuestra parte consciente… ¿Qué alternativas nos quedan? ¿Nuestro “yo-presente”?
Sí, claro, pero está recibiendo tantísima información al mismo tiempo, que no
se si realmente tiene tiempo como para preocuparse por esas “nimiedades”.
Nuestro cuerpo funciona como un Badulaque
las 24h sin detenerse ni para descansar (porqué descansamos pero todavía sigue
funcionando, aunque nuestro “yo-presente” ni siquiera nos lo haga saber). Por
supuesto que los estímulos presentes también determinan nuestros actos, diría
que los impulsos son posiblemente el arma más mortífera contra ese “yo-pasado”(y no siempre). Otra cosa es que luego el
resultado nos deje conformes, y muchas veces ya por sistema, necesitamos tiempo
para pensar. Tomar decisiones no es nada fácil y tampoco estoy diciendo que
para no tener ese tipo de “influencias” haya que andar como un pollo
descabezado sin orden ni concierto, porque recuerda que todo resultado quedará
grabado en tu “yo-pasado” (y de hecho seguramente te influirá la próxima vez
que vuelvas a estar en una situación similar).
¿Qué podríamos decir de nuestro “yo-futuro”? Esa imagen
perfecta e idílica de nosotros mismos, intocable y a la que siempre le ponemos
todas nuestras esperanzas (en el que caso de que tengamos la moral positiva y
no por los suelos…). Definitivamente no existe, por mucho que nos duela, y es
una de las cosas que más me fastidian. Todas las cosas que puedo intentar hacer
para alcanzar a mi “yo-futuro” no salen exactamente como pensaba, y es
realmente complicado y creo que pasa con poca frecuencia, que alcances a los
infinitos “yo-futuros” que se asocian a cada evento en el que quieres tomar
parte o que deseas. La frase “Siempre pasa algo que no te esperas” (y que mi
hermana y yo utilizamos por sistema) se cumple en más del 98,9% de las veces
(hay que dejar un margen de error XD) porque siempre hay variables que no
habías contemplado… siempre, y si crees que lo tienes todo controlado, seguro
qué es porque hay algo que se te ha pasado por alto.
¿Con todo esto quiero decir qué estamos condenados? No
realmente. Simplemente que nuestros actos rutinarios pueden incluso ser
detonantes de futuras situaciones. Levantarte un día más temprano por la
mañana, o todo lo contrario, dormir más, dejar esa actividad que hoy te da
pereza para hacerla en otro momento, no recordar que tienes una cita con esa
persona… es un “suma y sigue”.
Me gustaría pensar que el hecho de que mi “yo-futuro” realmente
no exista, que la convivencia con mi “yo-presente” a veces agobiante y ofuscada
que no me deja ver realmente lo que hubiera podido hacer sin presiones o
prejuicios y mi “yo-pasado” que está sin hacer nada, escondido solo para
recordarme aquello que no siempre deseo (porqué realmente no puedo escoger lo
que quiero recordar, es algo caprichoso y muchas veces inexplicable).
Sí todo eso, pudiera resetearlo
sin más... Como eso tampoco se puede ¿Qué queda? Vivir… ¿estúpido? Nunca dije
que fuera una solución inteligente, pero sí creo que efectiva. No podemos
luchar contra lo que somos, nuestra naturaleza, ni siquiera soy capaz de
mejorar en las cosas que me gustaría, día a día, y el tiempo además corre en nuestra contra
siempre (porqué aunque a veces deseamos que vaya realmente rápido, nuestro
“yo-pasado” ya se encargará en uno de nuestros “yo-futuros” –que son
“presentes” cuando los estamos experimentando- de recordarnos que ese tiempo pasado
que corrió como el rayo, lo hubiera necesitado y “qué un tiempo pasado siempre
fue mejor”).
El tiempo es el “enemigo” real, el que crea todos esos
estados de nuestra persona, pero es imbatible y no importa las pociones, ni el
equipo o equipamiento que tengamos para derrotarle… siempre estará ahí, como
nuestra propia sombra. Por eso mismo… “si no puedes vencerle, únete a él”.
Cuantas veces he escuchado esta frase en series y películas y ahora creo que se
que se puede aplicar realmente.
Quiero pensar que cada día es una oportunidad para darlo
todo, porque todo lo que hagas puede que no quede solo en tu “yo-pasado” puede
quedar en otras personas, en sus propios “yos-pasados”… Hay tantas cosas por
hacer, tanto por aprender, tanto por mejorar, que me sabe a poco… Ahora mismo
no es mi mejor momento personal, porque no se si seré capaz de cumplir las
expectativas que se supone que debería hacer… mi “yo-pasado“ me dice que porqué no hice las cosas más
sencillas y recrimina mi torpeza, mi “yo-presente” se desentiende obligándome a
evadir mi mente a veces, comer y limpiar , por último, mi “yo-futuro ” no
quiere saber nada, porque vive más adelantado en el tiempo todavía, pensando en
el futuro laboral…
Vamos a tener que tomar medidas nosotros mismos “estamos solos en esto” ¿o no?…
۩ Que la magia os acompañe ۩